Once

Siempre se espera algo, una ráfaga de aire, o que la puerta se abra.

Y damos vueltas a los sentidos, a lo que no podemos comprender, o no queremos.

Buscamos las respuestas sin saber las preguntas, y pensamos que ahorramos el tiempo que perdemos, irremediablemente.

Nueve

Somos débiles, simples seres que a través de los siglos llegamos, por casualidad o esfuerzo, a un ahora que nos pone a prueba. Queremos creer en lo que sea, y aferrarnos a palos invisibles que nos hagan caminar, correr, escaparnos de nuestra realidad. Y eso parece ser nuestra vida, una carrera en la cual no vemos el final, y debemos ponernos metas para no quedarnos fuera y ver pasar a los otros.

Anuncio publicitario

Ocho

Siento los susurros en las paredes

y gritos lejanos que el aire ahora puede traer

los fantasmas que recorren las calles se miran

con recelo (anuncian nuevas formas)

cuando sólo deseamos respirar.

(en el sueño yo corría incansable por la ciudad, hasta que el mar comenzaba a subir por mis piernas, y me relajaba).

Siete

Llueve el silencio de la ciudad transformada y vacía. Y amanecen los días llorando el dolor, o a tal vez una alegría.

No preparé un plan para este mundo, y sé que muchas otras veces me sentí encerrado.

Y cuántas mañanas quise correr por la playa, o caminar lento, mirar el horizonte buscando la sensación de libertad.

Pienso en un paseo en otoño por la ciudad, justo ese día que el viento trae el primer frío.

Y tengo dentro de mí, todavía, esas sensaciones que hace mucho me llenaban cuando estaba todo por hacer. Esa incertidumbre que nos obliga a movernos, a dar un paso. Ir más allá.