Cuando las certezas flaquean y sentimos que ya no hay sentidos de donde sostenernos.
Cuando no sabemos a quien culpar para sentirnos del lado bueno.
Cuando los días parecen eternos (pero estamos a final del año).
Cuando el futuro es más que nunca una niebla indescifrada.
Cuando esperamos las noticias que nos calmen la ansiedad.
Cuando hablamos los mismos temas hasta el aburrimiento.
Cuando intentamos aisalarnos del ruido continuo.
Cuando pensamos más que nunca en lo que deseamos.
Cuando nos abrazamos.
Cuando reimos.
Cuando pensamos en los que están lejos.
Cuando amamos.