Parece todo tranquilo por el calor del verano
cambiamos tanto pero somos los mismos
y esa sensación perezosa es parte de un paisaje
que nos encuentra desplazados.
Parece todo tranquilo por el calor del verano
cambiamos tanto pero somos los mismos
y esa sensación perezosa es parte de un paisaje
que nos encuentra desplazados.
Siempre se espera algo, una ráfaga de aire, o que la puerta se abra.
Y damos vueltas a los sentidos, a lo que no podemos comprender, o no queremos.
Buscamos las respuestas sin saber las preguntas, y pensamos que ahorramos el tiempo que perdemos, irremediablemente.