Ocho

Siento los susurros en las paredes

y gritos lejanos que el aire ahora puede traer

los fantasmas que recorren las calles se miran

con recelo (anuncian nuevas formas)

cuando sólo deseamos respirar.

(en el sueño yo corría incansable por la ciudad, hasta que el mar comenzaba a subir por mis piernas, y me relajaba).

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Esta entrada fue publicada en Poesía.

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